La guerra del storytelling: ¿porqué un relato libertario seduce fans en Argentina?

El relato del diputado Javier Milei “dinamita” 80 años de poder peronista: del colectivismo a la individuación.

Adriferreiro
9 min readJul 26, 2023
El nuevo líder Libertario Javier Milei

En la guerra política por el poder, la batalla está en el relato. Cuando un político es transgresor y creíble, enamora seguidores y consigue votos. Su discurso se instala como una “verdad” -primero en una comunidad- después para una mayoría . Porque un relato coherente de un personaje auténtico y -a la vez- polémico, penetra en el inconsciente colectivo, logra el consenso social, y gana la guerra discursiva. El personaje político asume el poder y lo ejerce. Y es ahí donde su relato se pone a prueba.

Esto pasa hoy en Argentina. Gane quien gane octubre, el candidato a presidente Javier Milei enamora seguidores, arrasando en la guerra discursiva previa a la elección. Logró un consenso colectivo que se ve en números: sus fans, sus likes, y sus seguidores en los eventos de campaña. Todos le temen y todos lo imitan. Todos ahora “predican” libertad. Le guste a quien le guste, Milei tiene poder antes de llegar al poder.

Nadie lo puede negar, la respuesta social es sorprendente: Milei mueve masas. Pero, ¿por qué Milei seduce fans en Argentina? Mi lectura no es política, y tampoco económica. No es porque sea de “derecha” — un término que en mi opinión, ya no aplica-, ni es porque sea liberal, o porque sea un acérrimo defensor del capitalismo. Tampoco es por su reivindicación de los valores de la familia o de la vida -contra el aborto. Para mí, el discurso de Milei arrasa porque es -filosóficamente- Libertario.

Tiene que ver con un cambio profundo y evolutivo que vivimos como sociedad, y como especie. Durante la pandemia -y su atroz cuarentena-, fuimos sometidos a un abuso -extremo y narcisista- del poder de instituciones y organizaciones colectivas. No solo por parte de los gobiernos -el caso argentino fue reconocido por su rigidez y autoritarismo- sino por organismos públicos y privados: por la ONG, por las empresas del mercado sanitario, por las empresas de transporte, por las corporaciones tecnológicas como Amazon, Google, Facebook ó Netflix. En fin, todos los que lucraron con la tragedia personal de cada uno de nosotros. Los que se rieron de nuestro micro mundo, los que atentaron contra nuestra -hasta ese entonces- impenetrable intimidad.

EL SÍNDROME POST TRAUMÁTICO

Mi teoría es que las personas comunes, los no-dirigentes, los que no administramos, gestionamos o repartimos poder, sufrimos un Síndrome Post Traumático que nos impulsa a buscar -desesperadamente- la autonomía y la libertad, es decir: LA INDIVIDUACIÓN. Esta es la respuesta “lógica” al abuso narcisista. Nos han encerrado, nos han abusado y necesitamos – mas que nunca- emanciparnos del control de los que ejercen el poder: los gobiernos, las instituciones y las corporaciones públicas o privadas. Como personas, necesitamos sentir la autonomía y el control para protegernos -en un futuro- de un potencial abuso narcisista colectivo.

Pero ¿qué es la individuación? Es el momento en que el adolescente comienza a percibirse como una persona independiente que crea su propia identidad con independencia de sus padres o cuidadores. En mi opinión, como especie, necesitamos también llegar a este “hito”. Es un cambio profundo y evolutivo. Porque nos usaron y nos abusaron con la excusa de protegernos. ¿Y qué tiene que ver la individuación con la filosofía libertaria? TODO. El movimiento libertario prioriza al individuo ante la colectividad, a la persona ante el grupo, al ciudadano ante la sociedad. Y Milei es el principal representante de este movimiento en Argentina -el partido libertario fue fundado un par de años antes de la pandemia, en 2018. Muy, muy oportuno.

Milei trajo a el movimiento libertario a la agenda pública. Logró dinamitar el -desgastado- debate del siglo pasado: izquierda vs derecha, progresistas vs conservadores, capitalistas vs comunistas. Instaló un debate nuevo, “en contexto” con la contemporaneidad: derecho colectivo vs derecho personal, “colectivismo” vs “personalismo”. Si bien parte de su relato radica en defender el capitalismo, lo nuevo y transgresor es la crítica al estado y a los políticos “colectivistas”, por imponer las necesidades del colectivo ante los derechos del individuo.

DEL COLECTIVISMO A LA INDIVIDUACIÓN

Mi intención no es hacer campaña del programa político del libertario, sino reflexionar en un sentido filosófico sobre la evolución del pensamiento contemporáneo. De hecho, en mi opinión, su defensa al capitalismo es un error: el capitalismo es también un fenómeno colectivista y es, para mí, parte del problema y no de la solución. Filosóficamente es un contrasentido pero entiendo que, en su condición de economista, Milei defiende el capitalismo frente a los abusos colectivistas del sistema socialista y populista. También considero que su visión contempla -primero- los cambios realizables dentro de un sistema (colectivista) que ya está corrupto, para luego habilitar un nuevo sistema descentralizado de poder. Su principal logro fue mover el eje del debate, interpelando ideas instaladas en el inconsciente colectivo, hace años.

Siento que es momento de revisar -individualmente y conscientemente- todas las verdades que -hasta ahora- se decretaron durante la “acabada” -pero aún vigente- comunicación de masas.

LA INDIVIDUACIÓN CONTEMPORÁNEA

Mi hipótesis es que las ideas libertarias -como filosofía- pueden romper el hechizo dialéctico de las ideologías del siglo XX. El relato de Ideologías, religiones o partidos políticos entran en tu cuerpo como un demonio: poseen tu mente, tu alma y tu subjetividad. No elegís a la ideología, la ideología te elige a vos. Te convertís un fan, un seguidor, un número. Perdés consciencia y perdés tu individualidad (mantra existencialista). Ser consciente es una máxima existencialista, y pertenecer a un grupo, es por definición un estado inconsciente.

La filosofía libertaria es opuesta a la ideología, al dogma impuesto, al adoctrinamiento. El individuo está por encima del colectivo. Es también una idea funcional al contexto contemporáneo, donde la tendencia es virar hacia los sistemas descentralizados -como las DAO- Organizaciones Autónomas Descentralizadas. La individuación es tan contemporánea, como las ideas revolucionarias fueron funcionales al siglo XX. La comunicación de los medios sociales -en principio- habilita la individuación: a buscar la responsabilidad individual en lugar de la pertenencia a un grupo; a un clan que te cuida con la condición -excluyente- de no pensar diferente.

En mi opinión, la individuación no es -solo- una opción, es una exigencia de la contemporaneidad. Muchos líderes mundiales se han convertido en enfermos narcisistas, en borderlines llenos de avaricia, en enfermos de poder. La individuación es la única forma de dejar de actuar como un colectivo inconsciente para defender un derecho individual: el libre albedrío.

EL COLECTIVO INCONSCIENTE

El ministro de propaganda del III Reich Joseph Goebbels dijo una vez: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Esto era cierto en ese momento, en ese contexto. Nada más contemporáneo a la comunicación de masas que la propaganda y su malintencionada manipulación colectiva. Pero hoy la contemporaneidad te permite verificar las fuentes de información. Ya no es tan fácil engañar a un usuario en internet. Pero sí al colectivo.

Porque el colectivo es -por definición- inconsciente. Pero el usuario, la persona, vos, podés no serlo. La contemporaneidad te invita a una responsabilidad individual que te obliga a interpelar toda representación colectiva. Porque lo que antes era verdad hoy -quizás- sea mentira. Es tiempo de revisar el contexto de los relatos, de dejar de confiar en las historias que te cuentan. ¿O acaso crees que la democracia -en la práctica- es el gobierno del pueblo? ¿No es, justamente, lo opuesto? ¿No es el NO-PUEBLO el que te gobierna? ¿No es la elite -la casta, según Milei- que propone y dispone del poder, muchas -multiples- veces, con la intención de perpetuarse en él?

Lejos de escribir un panfleto Anarco-capitalista, me interesa proponer una reflexión filosófica existencialista. Todos los sistemas de representación colectiva deben revisarse a fondo hasta encontrar una solución más “contemporánea” que nos ordene como sociedad. ¿Cómo es posible que una cosas que se transforma en otra siga siendo lo mismo? ¡Basta de consumir relatos fuera de contexto! Somos adictos al storytelling y tenemos una tendencia ingenua a creer en los relatos -sin verificar- como si fueran “la verdad”.

EL MEME EGOÏSTA

En 1976, mucho antes de la explosión de internet, el biólogo Richard Dawkins creó el concepto de “Meme”. En su libro “El gen egoísta”, imaginó la analogía entre la evolución cultural y la transmisión genética. El “meme” como unidad de imitación, es un replicador cultural -como el gen- que se propaga de cerebro en cerebro. El meme es mucho más que la idea de una imagen grotesca y cómica, es una idea, una historia, un cuento, un pensamiento, una ideología que se replica y se hace viral. En nuestra carga genética existe la tendencia a imitar, a reproducir el pensamiento de otros.

Por eso es tan fácil engañarnos. Lo que hoy vemos como una imagen divertida que se reproduce como una célula cancerígena en internet, es mucho más que eso. Puede ser una ideología, una religión, una idea, una mentira que — cómo bien dijo el primer ministro de propaganda Nazi- repetida mil veces, se convierte en realidad. El meme existe hace siglos y no es una invención de internet. Ojo con las ideas que te vienen a la cabeza y nunca te paraste a pensar. Están en tu cerebro de una forma totalmente inconsciente, no son tuyas, te las repite alguien que pertenece a un colectivo, y que tiene un claro objetivo: que prediques sus ideas sin cuestionar, ni pensar. Está en tu código genético, es el Meme egoísta.

LA GRIETA DISCURSIVA DEL COLECTIVISMO

Hace 2 años escribí The Storytelling War: no hay consenso posible en la cultura de la cancelación, preocupada por la falta de acuerdos en la dialéctica contemporánea. Por el abismo entre los discursos opuestos: izquierda vs derecha, capitalismo vs comunismo, machismo vs feminismo. Yo veo una dialéctica estancada, que no evoluciona. Una grieta discursiva y también social. Una dialéctica que perdió su sentido más noble: la evolución de ideas con la superación de contrapuestos. Ya no hay consenso posible en la cultura de la cancelación.

Las ideas que antes funcionaban como un péndulo -de izquierda a derecha, de derecha a izquierda- que mantenían la ilusión del equilibrio, que por momentos fue real, ahora crean caos, fricción y conflicto infinito. Ya no son funcionales a la contemporaneidad. Los medios sociales exhiben conductas disfuncionales exacerbadas por ideas radicales y polarizadas. Una locura colectiva que enceguece al más sensato. ¿Porqué nos pasa esto? Te pasa a vos, me pasa a mí, nos pasa a todos. Es el síndrome de la barra brava. Porque la forma del pensar en grupo está programada en nuestro código genético: pensamos por imitación, y esto nos hace inconscientes en “el colectivo”. Es el Meme egoísta que no te deja pensar.

RELATO MATA REALIDAD

Antes dije que cuando el relato es transgresor y creíble, el personaje político llega al poder y lo ejerce. Y es ahí donde su relato se pone a prueba. Pero ¿qué pasa cuando el relato NO se discute? ¿Qué pasa cuando un líder DECRETA su verdad? ¿Qué pasa cuando tergiversa datos, falsea información o miente sobre los hechos y es inimputable? ¿Qué pasa cuando el relato pretende SER realidad? ¿Qué pasa cuando el relato mata la realidad?

Cuando un relato se muestra como una verdad absoluta, en ese momento, se convierte en ideología: en adoctrinamiento. Y es ahí cuando el relato “mata” la realidad. Esto pasa cuando un líder se instala en el poder con “contrato de permanencia”; cuando -con avaricia y lujuria- crea un status quo anquilosado que inhibe cualquier cambio. Cuando, acomodado en sus privilegios, niega el desgaste social hasta niveles psicopáticos, genera clientelismo político y recluta militantes. En ese momento, se convierte en un líder peligroso. Porque cualquier dato o hecho real que lo cuestione -inflación, pobreza, ó incluso, una guerra- se vuelve invisible a los ojos de sus fans. Entonces, relato mata realidad.

HACIA UNA MORAL FILOSÓFICA

La guerra del relato -en el mundo- está en llamas. Todo indica que, en Argentina, el Kirchnerismo va a perder las elecciones en octubre, y su principal rival es un candidato libertario. Un libertario que llegó para “dinamitar la política desde dentro”. Que llegó para deconstruir ideologías, re-significar creencias, desmitificar relatos que “mataron realidad”. ¿Quién es izquierda y quien es derecha? ¿Quién es revolucionario y quien es conservador? ¿Quien representa al pueblo y quién representa a la corporación? ¿Quién es tirano y quien es salvador?

Pase lo que pase en octubre la batalla cultural está ganada. El camino no es el más fácil; todo lo contrario. Es el desconocido, el más controvertido, el que da miedo. Toda víctima de abuso tiende a temer la individuación. Muchos seguirán eligiendo no elegir. Algunos por conveniencia, otros por debilidad. Yo no soy Kirchnerista, no soy Macrista y tampoco Mileirista. En el pasado voté socialismo pero siempre fui, filosóficamente, libertaria. Porque siento una moral filosófica que me autolimita y me libera, de adentro hacia afuera. Requiere disciplina, requiere valor, pero nadie, nunca nadie, va a decirme cómo tengo que pensar, ni cómo tengo que sentir. Es el precio y la recompensa de la individuación. Vos, ¿elegís?

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Adriferreiro

Editor exploring dynamics of power, mental health and AI in human behavior. Language can heal us or lead us to the depths of hell.